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Gran Lebowski

Por qué el Gran Lebowski es una película de culto

El Gran Lebowski es una de esas producciones que con el paso de los años ha conseguido más adeptos y empieza a aparecer en las principales listas de mejores películas a las que son tan aficionados los cinéfilos estadounidenses. Se le considera la primera película de culto de la era Internet y, entre otros actos estrafalarios que se celebran en honor al film, hay que destacar la “Lebowski Fest”, que tiene lugar desde 2002, y donde cientos de fanáticos pasan la noche jugando a los bolos disfrazados de algún personaje de la película. El propio Jeff Bridges llegó a acudir al evento de Los Ángeles. En Londres el festival se le conoce como “The Dude Abides” y en 2005 se fundó el “Dudeismo”, religión dedicada a extender el estilo de vida de “El Nota” (The Dude) con la ordenación de más de 50.000 sacerdotes dudeistas.

Estos son solo algunos datos para entender cómo un argumento y unos personajes ideados por un guionista pueden convertirse en algo más que una película de ficción, traspasar la pantalla y gozar de la admiración de un público masivo. ¿Cuál es el secreto? Todos sabemos que no hay ninguna fórmula secreta, pero sí podemos analizar algunos puntos fuertes del guión que convierten a esta película en una obra única e irrepetible.

PERSONAJES DE CULTO

Personajes principales: Sin duda dos personajes como El Nota (Jeff Bridges) y Walter (John Goodman) son una bomba de relojería juntos. Uno pacifista y pasota, el otro violento y encantado de meterse en líos, y los dos con un halo de fracaso y derrota que les da ese toque humano, y si queremos tierno, que nos hace identificarnos con ellos. Realmente podríamos considerarlos una pareja de personajes cómicos, ya que tienen todos los elementos para ello, pero el grado de complejidad a la hora de diseñar los abismos dramáticos de cada uno de ellos es pura artesanía en el guión.

Personajes secundarios: En esta película podemos degustar algunos personajes secundarios que son capaces de quedarse en nuestra memoria con muy pocas apariciones. Jesús Quintana, es un buen ejemplo. Se trata de un excéntrico jugador de bolos hispano, vestido completamente de púrpura que mantiene a raya a los protagonistas con su lenguaje provocador y su carácter exhibicionista. Impagable su momento del baile después de conseguir un pleno.

También tenemos a Maude, la artista vaginal, interpretada por una increíble Julianne Moore, los nihilistas alemanes que aparecen de vez en cuando para molestar a El Nota, el productor de cine porno, el gran Lebowski y el pobre Donny, el tercero en discordia que deambula con la pareja protagonista y al que Walter le dice continuamente que se calle porque no está en su elemento…

ESCENAS DE CULTO

Otra razón por la que El Gran Lebowski se ha ganado a pulso la etiqueta de película de culto es por su ramillete de escenas memorables y que todos recordamos.  Aquí van algunas de ellas:

Meada en la alfombra y créditos iniciales: No hay mejor modo de presentar a El Nota que en su casa cutre de soltero. Dos matones le confunden con otro Lebowski y al comprobar su error deciden orinar en su alfombra antes de irse. Diálogos delirantes antes de dar paso a los créditos de inicio en una bolera con la música de fondo de Bob Dylan.

Presentación de Jesús Quintana: ¿Quién no se acuerda de la antológica aparición de Jesús Quintana (interpretado por John Turturro), desafiando a los protagonistas en el campeonato de bolos? Cuando Quintana se dispone a lanzar, moja la bola con la punta de la lengua al ritmo de “Hotel California”, de los Gipsy Kings, y se pone a bailar ante las miradas de resignación de los protagonistas cuando consigue tirar todos los bolos. Sin duda es uno de los momentos visuales más potentes del film.

Los sueños de El Nota: Hay dos escenas oníricas de El Nota que son otro de los puntos fuertes de la película. El primero con la música de fondo de Bob Dylan: “The man in me” y el segundo, más elaborado, con la canción “Just dropped in (To see what condition, my condition was in)”, de Kenny Ro, con El Nota deslizándose por la pista de bolos entre una nube de piernas femeninas.

El maletín a cambio de la chica: Cuando El Nota va a entregar el maletín con el dinero para rescatar a la chica secuestrada aparece Walter con un fantástico plan para quedarse con el dinero y entregar un maletín lleno de ropa sucia. Ante la sorpresa de El Nota se desencadena una escena fantástica a un ritmo vertiginoso que culmina en un aparente éxito de los protagonistas, pero realmente es cuando empiezan las complicaciones, como no podía ser de otra forma. Aquí vuelve a funcionar el extraordinario diseño de personajes inicial de los protagonistas.

Las cenizas de Donny: Walter y El Nota se disponen a lanzar las cenizas del desdichado Donny desde un acantilado, pero lo que parece ser un momento dramático y solemne, se convierte en un desastre absoluto. Primero porque las cenizas las depositan en un bote de café, después de regatear con el de la funeraria para que les hiciera una rebaja con la urna y finalmente porque Walter lanza las cenizas con el viento en contra y se las estampa en la cara a The Dude. El Nota le dice a Walter: “¡Acabas convirtiendo todo en una parodia, tío!”. Comedia en estado puro.

El coche de El Nota y las cintas de la Creedence: Cuando el Nota va a recuperar su coche lo encuentra en un estado deplorable y con un olor apestoso. Por supuesto el maletín ha desaparecido, pero al menos están sus citas de la Creedence, como le recuerda el policía. El mismo que se ríe en su cara cuando El Nota pregunta si tienen alguna pista de los culpables y el poli le dice irónicamente que hay cuatro agentes trabajando por turnos en el caso.

DIÁLOGOS DE CULTO

El Gran Lebowski también es una película de culto por sus diálogos surrealistas y llenos de frases irrepetibles. Vamos a ver algunos:

«Yo no soy el señor Lebowski, usted es el señor Lebowski. Yo soy El Nota. Así tiene que llamarme, ¿entiende? Así, o ‘Su Notísima’, Noti, El Notarino… En fin, si no le hacen los nombres cortos…»

«No voy a llevar el dinero, conducir el coche y hablar por teléfono con la punta de la polla…»

«No jodas, Walter; te quiero, pero tarde o temprano tendrás que aceptar que estás como una cabra.»

«Afortunadamente estoy siguiendo un régimen de drogas bastante estricto para mantener la mente…, ya sabes: ágil.»

«¡Donny, no estás en tu elemento!»

«Ahí lo tienes, Nota: Se mearon en tu puta alfombra.»

«Smokey, amigo…, estás a punto de conocer el dolor (Walter sacando una pistola) Como te apuntes un ocho vas a conocer el dolor.»

«Walter : Bien, lo que tenemos que hacer es rescatarla, seguimos según lo planeado, y nos quedamos con el donativo.

El Nota: Si, estupendo, pero no me has contado cómo vamos a rescatarla. ¿Dónde está?

Walter: Esa es la parte sencilla: hacemos la entrega, agarro a uno y se lo saco a hostias.

El Nota: Ya, un fantástico plan, Walter, es de un ingenio acojonante, perfecto, funcionará como un reloj suizo…

Walter: Eso es, su belleza radica en su sencillez, si el plan fuese demasiado complicado podría fallar todo, si hay algo que aprendí en Vietnam…»

«Walter : Esos ricos de mierda. Toda esta historia de los cojones. Yo no ví morir a mis colegas con la cara en el barro para que esa puta, guarra, calientapollas, que no haya hecho nada en su vida…

El Nota : Walter, no creo que este asunto tenga relación con Vietnam.

Walter : ¡Hay una relación directa!

El Nota : No Walter, admítelo. No hay ninguna relación.»

«El cowboy : Solo una cosa más, Nota: ¿tienes que decir tantas palabrotas?

El Nota : ¿De qué cojones estás hablando?»

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