Las series que estoy viendo en la cuarentena (III)

KILLING EVE

Esta serie la vi por curiosidad pero más por el ruido exterior que por otra cosa porque todo el mundo hablaba de ella, cosechaba muy buenas críticas, era trending topic en muchos capítulos, etc. Los thrillers no son lo mío y nunca me suele apetecer ver series de este género, pero con esta hice un esfuerzo y empecé a ver el primer capítulo con cero expectativas. Son 8 episodios de unos 45 minutos aproximadamente.

Villanelle (Jodie Comer) es una asesina a sueldo y Eve Polastri (Sandra Oh), que trabaja para el servicio secreto británico, quiere detenerla. Eso es la serie. Pero lo que realmente hacen bien es que la trama no te importe un carajo y que lo único que quieras ver en pantalla es a Villanelle en acción. 

Es cierto que la serie está muy bien rodada, que la música es fantástica y crea una atmósfera que te absorbe y que la química de las dos protagonistas es magnífica, pero como digo, al final lo único que quieres ver en cada capítulo es en qué país está Villanelle, qué modelito o disfraz lleva esta vez y, lo más importante, cómo se va a cargar a su próxima víctima… Porque la verdad que esta psicópata tiene mucha imaginación en cada crimen, además de ser imprevisible, simpática y poseer un magnetismo que te deja sin palabras.

La actriz Jodie Comer está increíble (muchísimo mejor que Sandra Oh, aunque su personaje es mucho más plano). Para quien no conozca a Sandra Oh es la “china” de “Anatomía de Grey” (en realidad es coreana). Sin duda Jodie Comer es el alma de la serie y la que realmente te hipnotiza para ver más episodios y al final terminas sucumbiendo. 

La primera temporada es una auténtica obra de arte, la segunda pierde un poco de chispa y algunos capítulos no son tan redondos, aunque otros son espectaculares y te sigue manteniendo tensión y la tercera, que están emitiendo ahora y van por el capítulo 5, parece que ha perdido un poco de frescura, aunque sigue habiendo momentos muy interesantes. En un capítulo Villanelle viene a cargarse a una líder indepentista en Girona (hablando en catalán, incluso…) y en otro viaja a Andalucía para hacer de las suyas… Así que seguid atentos.

HOLLYWOOD

Esta miniserie de 7 capítulos de entre 45 y 60 minutos es una ucronía (reconstrucción histórica con acontecimientos que pudieron pasar pero no ocurrieron realmente) que nos traslada a la época dorada de Hollywood de los años 40 con la lucha de los grandes estudios por hacer películas memorables. 

Cuando la vi anunciada enseguida me interesó y la verdad que está muy bien hecha y se disfruta de principio a fin. Se nota que detrás está un auténtico experto como Ryan Murphy, que es el responsable de grandes series recientes como Glee, The Politician, o El asesinato de Gianni Versace. Lo que más me gusta es cómo retrata los problemas sociales del momento como la discriminación racial, la homofobia o el antisemitismo y que también salpicaban a la industria del cine. 

La trama está basada en un hecho real: el suicidio de la actriz Peg Entwistle, que se suicidó lanzándose desde la “H” del famoso cartel de Hollywood porque no conseguía su sueño de ser actriz. En la serie cambian a Peg (una chica blanca) por Meg (una chica negra) para elevar el nivel de conflicto, ya que, en esa época era impensable que una actriz de color fuera la protagonista y no interpretara a una esclava o una sirvienta. 

Camille Washington (Laura Harrier) es la chica de color que apenas sin experiencia consigue que la seleccionen para protagonizar la película. Además, el guionista es también negro y el director desconocido. Al elenco se suma otro chico que lleva años tratando de conseguir su sueño de triunfar en Hollywood y la hija del dueño del estudio que es una actriz sin talento pero con igual sed de triunfo.

Durante los 7 capítulos, la serie nos cuenta cómo se lleva a cabo el proyecto de la película desde que el estudio da el visto bueno al guión y todas las dificultades que el equipo tiene que superar para poder estrenarla. 

Es importante decir que hay que ver todos los capítulos sin buscar un rigor histórico, porque, aunque algunos personajes son actores que sí existieron (Rock Hudson, Vivien Leigh…), se trata de una recreación personal del autor partiendo de un hecho real pero ficcionado al máximo para contar la historia que él quería, es decir, un cuento de hadas que a todos nos hubiera gustado que ocurriera en aquella época pero no sucedió. El último capítulo está lleno de emoción y te deja la sonrisa congelada en los labios. Os lo recomiendo.