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Alquiler seguro, las cláusulas que no deben faltar en tu contrato

A la hora de poner una vivienda en alquiler es imprescindible redactar las mejores cláusulas en el contrato de arrendamiento para cumplir con la normativa legal vigente y también para proteger al propietario en caso de conflicto. 

El alquiler seguro debe ser el principal objetivo para el arrendador, de ahí la importancia de contar con un profesional del sector inmobiliario que se encargue de introducir las cláusulas del contrato de alquiler más justas para las dos partes y de esta forma evitar cualquier malentendido que pueda llevar a algún problema serio entre arrendador y arrendatario.

El principal miedo del propietario a la hora de alquilar su vivienda es seleccionar un inquilino que sea solvente y pague la renta puntualmente, que sea cuidadoso con el inmueble y que no tenga roces con los vecinos. Aunque de primeras parece una quimera encontrar este tipo de inquilino, los profesionales sabemos que no es tan difícil, siempre que se trabaje con tiempo y con los medios adecuados.

Una vez seleccionado el inquilino ideal para la vivienda que se va a alquilar, el siguiente paso es introducir cláusulas en el contrato de alquiler que ofrezcan la mayor protección posible al propietario, ya que, aunque se haga una selección exhaustiva del candidato, nadie está exento de crear algún tipo de problema. Por eso, la redacción de un buen contrato de arrendamiento, evitando cláusulas abusivas en el contrato de alquiler, es una fase crucial del alquiler de una vivienda. 

Por supuesto que nadie quiere en un contrato cláusulas abusivas en el contrato de alquiler que infrinjan la ley y creen malestar entre las partes. De lo que se trata es de redactar cláusulas que inviten a la concordia y el entendimiento, evitando conflictos en lo que dure el contrato de alquiler. Por tanto, si el hecho de introducir algunas cláusulas estratégicas en el contrato de alquiler va a contribuir a ese fin, sin duda hay que apostar por ello.


¿Qué cláusulas del contrato de alquiler no pueden faltar?


Las cláusulas de un contrato de alquiler deben aparecer claramente redactadas en el contrato y deben ser acordadas por ambas partes. Al firmar el contrato, tanto el propietario como el inquilino se comprometen a cumplir dichas cláusulas siempre que no contradigan la ley vigente actual que es la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU 24/94 del 24 de noviembre, con las modificaciones de la ley 4/2013 del 4 de junio). Estas son las cláusulas de un contrato de arrendamiento que deben aparecer siempre:


Identificación del arrendador y arrendatario y descripción de la vivienda

En el contrato debe aparecer claramente el nombre y DNI del propietario y el inquilino y la dirección de la vivienda arrendada, con la descripción completa y los anejos que el arrendador cede para el inquilino, como puede ser un garaje o un trastero.


Duración del contrato de arrendamiento

Debe aparecer muy clara la fecha de inicio y la de finalización del contrato. Esta duración será pactada libremente por las partes. Si es inferior a tres años, se prorrogará anualmente hasta que llegue a tres años, salvo que el inquilino exprese lo contrario con una antelación mínima de 30 días. No hay que olvidar que la prórroga siempre es obligatoria para el propietario y voluntaria para el inquilino. Esta máxima se invalida solo en caso de necesidad del propietario de recuperar su vivienda. 

En 2013, la LAU estableció una modificación en cuanto al desistimiento del contrato por parte del inquilino, que puede dejar el inmueble después de seis meses siempre que lo comunique con un mínimo de 30 días al arrendador y le indemnice con la cantidad correspondiente. Esta es una de las cláusulas del contrato de alquiler más controvertida y debe estar muy bien redactada para que no haya malentendido en caso de que el inquilino decida rescindir el contrato antes de su finalización. 


Renta a pagar por el arrendatario

En el contrato debe aparecer claramente la renta mensual en euros y especificar el plazo y la manera de abonarla. Normalmente se establece un plazo antes del quinto día de cada mes y por domiciliación o transferencia bancaria. El incremento de la renta suele ser el que marca el IPC anual, aunque ambas partes pueden llegar a otro acuerdo con una cantidad fija cada año.


Garantías adicionales

El arrendador puede solicitar al inquilino algún tipo de garantía adicional, como puede ser un aval bancario o el depósito de una cantidad de dinero (normalmente un mes de renta). En este caso debe aparecer una cláusula donde se especifiquen los términos para devolver esa cantidad al finalizar el contrato.


Estado de la vivienda

Es importante adjuntar un inventario con los muebles y enseres del inmueble y fotos del estado de la vivienda a la entrega de llaves con el fin de comprobar los desperfectos cuando finalice el contrato. La LAU establece que el arrendador será el responsable de entregar y mantener la vivienda en condiciones óptimas de habitabilidad y el arrendatario será el encargado de reparar los daños causados por el uso ordinario del inmueble.

Como vemos, es importante evitar las cláusulas abusivas en el contrato de alquiler para ambas partes, pero no menos importante es introducir unas cláusulas en el contrato de alquiler que permitan al propietario estar protegido y tranquilo en lo que dure el contrato de alquiler. 

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