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Groucho Marx

Grandes maestros del humor: Groucho Marx

Las cartas de Groucho

Leyendo este descacharrante libro: “Las cartas de Groucho”, se me ha ocurrido subir algunos post de los que para mí son auténticos maestros del humor de todos los tiempos y que me han inspirado a la hora de escribir mis obras, libros y demás.

Su verdadero nombre era Julius Henry, pero decidió ponerse el sobrenombre de Groucho, de la palabra inglesa “grouch” (gruñón en inglés). Su puro, sus gafas redondas y sus cejas y bigote poblados son verdaderos iconos de la comedia. Sin olvidarnos de sus andares cómicos y sus frases lapidarias interpretando a picapleitos de verborrea fluida, caraduras sin escrúpulos o seductores de medio pelo en busca de un braguetazo. 

Su humor era inconfundible, lleno de sarcasmo, ingenioso y cortante. Muchas de sus frases han pasado a la historia y ya forman parte de la cultura popular como estas:

  • No deseo pertenecer a ningún club que acepte como socio a alguien como yo.
  • Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros.
  • Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro.
  • Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente.
  • ¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero… ¡pero cuestan tanto! 

Y hay numerosas frases de sus películas o escritos que solo con escucharlas nos dibuja una sonrisa en la cara:

  • Dice que… la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte.
  • ¿No es usted la señorita Smith, hija del banquero multimillonario Smith? ¿No? Perdone, por un momento pensé que me había enamorado de usted.
  • ¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Es usted rica? Conteste primero a la segunda pregunta.
  • Jamás olvido una cara, pero en su caso, estaré encantado de hacer una excepción.
  • Hasta luego, cariño… ¡Caramba!, la cuenta de la cena es carísima… ¡Es un escándalo!… ¡Yo que tú no la pagaría! 
  • Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no les conozco muy bien.
  • Detrás de cada gran hombre hay una gran mujer y detrás de ella, está su esposa.
  • Es usted la mujer más bella que he visto en mi vida, lo cual no dice mucho en su favor.
  • He tenido una noche absolutamente maravillosa. Pero no ha sido ésta.
  • Él puede parecer un idiota y actuar como un idiota. Pero no se deje engañar. Es realmente un idiota.
  • Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…
  • La justicia militar es a la justicia lo que la música militar es a la música.
  • La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
  • No piense mal de mí, señorita, mi interés por usted es puramente sexual.
  • Sólo hay una forma de saber si un hombre es honesto: preguntárselo. Y si responde sí, entonces sabes que es un corrupto.
  • La próxima vez que lo vea, recuérdeme no saludarlo.
  • ¿Por qué y cómo ha llegado usted a tener veinte hijos en su matrimonio? – Amo a mi marido. – A mí también me gusta mucho mi puro, pero de vez en cuando me lo saco de la boca…
  • ¡Brindemos por nuestras novias y nuestras esposas!… ¡Que no se encuentren nunca!

Las cartas de Groucho

Groucho era un enamorado de las cartas y su medio de comunicación favorito. Escribió cientos de cartas durante su vida, a familiares, colegas de profesión, a su médico, a sus mujeres o incluso al presidente. No tienen desperdicio. Todas tienen mucho ingenio, ironía, mala leche y, sobre todo, inteligencia. 

Os transcribo una de las cartas que aparecen en el libro para que os hagáis una ideas. Esto es lo que le contesta Groucho a un actor reconvertido a periodista que le pide información para su próxima columna. Le indica que le diga las dos o tres anécdotas que más carcajadas le han arrancado. Esto es lo que le contesta Groucho:

Querido Eddie:

Breve y rápidamente, las dos mayores carcajadas que recuerdo (aparte de mis tres matrimonios) fueron en un número de music hall titulado Home again.

Una era cuando Zeppo salía de los bastidores y anunciaba: “Papá, el hombre de la basura está aquí” y yo replicaba: “Dile que no queremos”.

La otra era cuando Chico me estrechaba la mano y me decía: “Me gustaría decirle adiós a tu mujer”, y yo decía: “¿Y quién no?

Cuídate

Groucho Marx

Los mejores momentos de Groucho

Os dejo con los que para mí son los mejores momentos de Groucho en el cine. Me hubiera gustado en versión original con subtítulos pero no lo encontré. Espero que lo disfrutéis:

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